A Vela
que se abrazó a una nube
en un halo de luz rosa
Somos hijos de las estrellas
decía Carl Sagan,
por eso cuando partimos
no regresamos a la tierra
porque somos luz de las estrellas
y regresamos a ellas
En este triste atardecer
el cielo nos regala nubes viajeras
para ver subir la energía
de nuestros seres cercanos
que viajan en rayos luminosos
Destellos con colores
de tristezas y alegrías
que hoy se despiden
en susurros de ausencia
Suben halos de luz rosa
de amores con ternura
Rayos amarillos, de cien luces vividas
con la energía del sol
refulgencias que ascienden
y se envuelven en las nubes
mientras el cielo se tiñe de naranja
en esta tarde de despedida
Se va nuestra querida Vela
pero nos deja su sonrisa de algodón
y la esperanza de volvernos a encontrar
en este universo gigante
donde somos hijos de las estrellas.