sábado, 24 de agosto de 2013

Quinto piso



Por cada abrazo,
una envoltura cálida,
un significado de vida.

Como Pablo Neruda:
Confieso que he vivido.
No en los poemas de otros,
sino en los ojos que me han soñado.

Veo en tu sonrisa sincera
el fruto del sembrador que intento ser.
Sólo en semillas a veces creo.

Como Porfirio Barba Jacob:
Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
he podido recoger las aguas lluvias,
y brotar espigas que al viento vuelan.

¡Oh Capitán, mi Capitán!
¡Cuántas estrellas me han guiado!
No he sido capitán sino crucero.

Como Walt Whitman:
Me celebro a mí mismo y a mí mismo me canto
Porque en átomos de vida y naturaleza,
te he encontrado y me he encontrado.

Desde un lejano horizonte,
el sol su luz me ha mostrado,
y con su brillo cada noche he dormido.

Como Antonio Machado:
Caminante son tus huellas,
con orgullo miro mi estela,
de ellas está lleno mi andar.

De arcilla he untado mis manos
esculpiendo ilusiones que vuelan.
Yo a cambio he sido tallado.

Como Violeta Parra:
Gracias a la vida que me ha dado tanto
He visto con risas y llantos.
He escrito con letras del abecedario.

Como García Lorca:
Y la canción del agua es una cosa eterna
Sobre su río bebo la entrañable savia,
y con mil poetas mi sangre dejo.

Confieso que aún tengo mucho que vivir,
con días tan fértiles, tan fértiles,
celebrarme en un nuevo canto.

Dejar nuevas huellas en la estela,
esta vida me sigue dando tanto, 
tonada de agua eterna.